En su reciente viaje a Estados Unidos, Artur Mas quiso impresionar a los pocos periodistas americanos que le dedicaron alguna atención aduciendo que es el 129º presidente de la Generalitat. En la radio pública de Nueva York, no dudó a comparar esa llamativa cifra con el hecho de que Barack Obama es tan solo el 44º presidente americano. La cuestión de fondo que quería transmitir salta a la vista, ¿por qué un país con tantos presidentes no podría acceder a la independencia? Pocos días después, en su alocución ante los dirigentes de 36 países reunidos en la cumbre euromediterránea, subrayó su condición de centésimo vigésimo noveno presidente de una de las instituciones más antiguas de Europa. Nuevamente, el recurso a la historia como fuente de legitimación de la apuesta secesionista.
En la página oficial (gencat.cat/sacdocs/PRE/1609.pdf), se puede encontrar el listado de presidentes extraído de la obra dirigida por Josep M. Solé i Sabaté, ‘Historia de la Generalitat de Catalunya i dels seus presidents’ (2003) que se remonta nada menos que a 1359 cuando supuestamente fue nombrado el primer ‘president’. Ahora bien, si se lee con atención el texto que justifica dicha relación, se verá que para las épocas medieval y moderna no se habla de presidentes, sino del diputado eclesiástico de más preeminencia, que presidía los actos oficiales. En realidad, desde el primero en la lista, Berenguer de Cruïlles (1359), hasta el 121, Josep de Vilamala (1714), no fueron tratados nunca como presidentes, sino como diputados eclesiásticos de la Diputación del General. El historiador Òscar Uceda, con una tesis doctoral en marcha sobre la guerra de sucesión, ha puesto en evidencia que esa lista no es más que un nuevo invento de la tradición al servicio del discurso nacionalista. Sirva como ejemplo la muerte del 117º president, Francesc de Valls i Freixa, durante el asedioaustriacista de Barcelona de 1705, hábilmente ocultada en la celebración del Tricentenario por tratarse de un ‘botifler’. En la importante crónica de Francisco de Castellví, ‘Narraciones Históricas’, en ningún momento se habla del president Valls, sino del diputado eclesiástico.
Para empeorar las cosas, la lista publicada no corresponde a una enumeración rigurosa, sino a una selección arbitraria. Se excluyen a diputados que ejercieron ese supuesto cargo de presidente, como los diputados nombrados por Juan II (padre de Fernando el Católico) al encontrarse en guerra contra la nobleza. Pese a todo la Generalitat existía desde mediados del siglo XIV, y uno de los diputados eclesiásticos, normalmente el de mayor edad, tenía la distinción de ser el preeminente. Ahora bien, ¿era parecida a la actual en cuanto a sus funciones? La respuesta es no. La Diputación del General era una institución permanente compuesta por representantes de los brazos eclesiástico, militar (nobleza) y real (oligarquía ciudadana). Su función principal era la de recaudar impuestos destinados a las arcas reales en Catalunya y poco más. Una suerte de agencia tributaria encabezada por un religioso.
En 1931 se puso en marcha la nueva Generalitat, que nada tenía que ver con la institución medieval, sino que era muy parecida a una comunidad autónoma actual. La elección del nombre se debió unas circunstancias políticas muy concretas. Fue la solución que propuso el socialista Fernando de los Ríos, ministro de Justicia tras proclamarse la II República en abril, para convencer a Francesc Macià de reconvertir su república catalana en un autogobierno provisional hasta que las Cortes aprobasen la nueva Constitución y el Estatut.
Nuevamente, la elección de quien merece el rango de presidente no se ampara en criterios de elección directa o de ejercicio efectivo del gobierno, pues hasta 1980 solo hubo elecciones al Parlament en 1932, sino en apreciaciones políticas. En la lista aparece Josep Irla, presidente en el exilio desde 1940 a 1954, que evidentemente no llegó a gobernar, y es excluido el coronel Francisco Jiménez, presidente accidental de la Generalitat de octubre de 1934 a enero de 1935 tras el fallido alzamiento de Lluís Companys. En esa fecha, el Gobierno de la República sustituyó la figura del ‘president’ de la Generalitat, por el gobernador general de Catalunya que tenía atribuciones similares, pero bajo su control. Hasta febrero del 36 ocuparon el cargo nada menos que siete gobernadores. Vistos los laxos patrones que, como hemos visto, se han utilizado para fabricar la lista oficial, también habría argumentos para incorporarlos. De hacerlo así, y puestos a ser irreverentes, desde Macià hasta Montilla, Mas sería tan solo el presidente 16º. El setzè, en catalán. O, si me permiten la broma fonética, el ‘president’ tse-tse. Como la mosca del sueño. Porque nos duerme y aburre a todos con su proceso soberanista.
Por Joaquim Coll
Publicado en El Periódico de Catalunya el sábado, 25 de abril de 2015
https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/interrogantes-pacto-por-lengua_626540_102.html
Lleva usted tiempo haciendo gala de un seguidismo rayando la desfachatez, teniendo en cuenta su formación académica. https://www.congreso.es/webpublica/estudios/espa_creacion_integracion.pdf Ángel López García-Molins, María Teresa Echenique Elizondo, Xavier Vidal Folch, Juan José Laborda, Darío Villanueva, tratan desde sus puntos de vista si el castellano es o no el idioma que escribo y soy castellanohablante, porque se escribió en la redacción constitucional de 1978 lo que usted copia de la RAE. Darío Villanueva explica quien tuvo la culpa de denominar castellano y español al idioma vehicular. Echenique afirma que es el idioma castellano surgió en el reino de Castilla y es el vehicular. Tal vez deba leer a Ángel López porque delimita que es idioma español y no lo denomina castellano. Los redactores de la constitución última no era lingüistas, filólogos, no hubo una discusión siendo tan importante como denominar correctamente el idioma vehicular en España desde antes del rey Alfonso.
García-Molins invitado por SCC https://www.youtube.com/watch?v=ZZeGBt3MJjA. El sr Sánchez Costa reconoció su error al escuchar los argumentos del experto de porque la lengua castellana no es el idioma español, idioma vehicular, koiné.
https://www.yorokobu.es/desarraigados/El rumor de los desarraigados subtitulado Conflicto de lenguas en la península ibérica Ángel López
“Toda esta población de origen dispar tiene que comunicarse y es ahí cuando adoptan la variedad simplificada de los vascos, más sencilla y accesible que otras modalidades románicas próximas, como eran el navarro-aragonés, el castellano o el leonés…Este tipo de asentamientos son los que hay en León, Navarra o Castilla, donde se habla esta variedad. Es la lengua en la que están escritas las Glosas Emilianenses, el Mío Cid o los textos de Berceo. Al principio solo se usaba en el centro, desde el Ebro hasta los límites de León con Galicia, pero luego se fue extendiendo por toda la península como lengua vehicular. Y no destruyó a las otras lenguas porque no tenía orgullo de lengua, no tenía adscripción nacional, motivo por el que la adoptaron tranquilamente los judíos, que tenían sus barrios tanto en ciudades de Extremadura como de Tarragona… cómo te las arreglas: pues en la lengua vehicular que se usa para el comercio y que con el tiempo algunos acabaron teniendo como lengua propia… Comúnmente se cree que el español viene del castellano, pero es al contrario, el castellano viene del español, que no es lo mismo. En el escenario que hemos descrito, el rey Alfonso X el Sabio puso una fijación léxica, una serie de normas a esa variedad y con el tiempo se le dio el nombre de su reino: castellano…Por eso no tiene sentido decir que el castellano se impuso en Aragón en el siglo XIV…La lengua española que llegó a América era canaria y andaluza. Los barcos salían de Sevilla, después de Cádiz… El español empezó a crecer realmente en el continente cuando se impone a través de las constituciones de los nuevos países, que consideran que el único lazo de unión de todos los pobladores es la posibilidad de la lengua… Los religiosos españoles aprendieron estas lenguas indígenas generales y se pusieron a predicar en ellas. la primera cátedra de quechua fuese del año 1580, en la Universidad de San Marcos en Lima. Y que Domingo de Santo Tomás publicara en 1560 en Valladolid un arte de la lengua quechua, una gramática. De modo que se promovieron estas lenguas, no el español. El español es una lengua vehicular que se habla y entiende en todo el estado español y que en el siglo XVI también era comprendido en Portugal, según nos confirman algunos testimonios como el de la Gramática de la lengua vulgar de España, publicada en Lovaina en 1559. Esto, guste o no guste, es así.»