El barón de Maldà. Un caso de falsificación de la historia

El cajón desastre del barón de Maldá

En las siguientes líneas expondré un caso de distorsión de la historia relativo al barón de Maldà, convertido por algunos sectores en muestra de un incipiente malestar catalanista a fines del siglo XVIII.

El aristócrata recogió en un extensísimo dietario de sus vivencias personales y los avatares sociales, y entre ellos la invasión del norte de Cataluña por tropas francesas durante la guerra de la Convención (1793-1795). El diario es comentado por nuestro contemporáneo Vicenç Pascual en El Baró de Maldà. Materials per a una biografia .

Así trascribe Pascual un fragmento del diario del barón: “los somatenes han de ir de una parte a otra de Cataluña para luchar contra los franceses y [que] comienzan a sentir repugnancia de hacerlo a causa de los maltratos que reciben de las tropas españolas” .
Sin embargo, en el dietario original podemos leer: “y el caso es que comienzan a repugnar el ir, por los maltratos que allí experimentan de algunos bárbaros castellanos” . Que no es lo mismo. Maltratos relativamente frecuentes en una época en la que en la soldadesca abundaban los vagabundos, aventureros y presidiarios.

El imponente castillo de San Fernando en Figueras guardaba las puertas de entrada a España. Su rendición sorpresiva y sin lucha despertó la indignación de la población, que atribuyó la rendición a la traición (y no al pavor, a la que efectivamente se debió).
Pascual afirma que el barón dice que “muchos oficiales castellanos se han portado peor que los franceses y que hay muchísimas peleas entre los oficiales castellanos y los paisanos, seguidas de enfrentamientos entre catalanes y castellanos en la Ciudadela. También añade que algunos paisanos atacan a los `blanquillos´, es decir, los soldados españoles, que iban vestidos con uniforme blanco (…) La desmovilización del somatén y la creación de partidas armadas de lucha individual contra los franceses serán la respuesta de la población de Cataluña a lo que considera la despreocupación del Estado español por la invasión que sufre el Principado. El sentimiento de rechazo que todos estos acontecimientos despertaron contra los españoles se recoge en el dietario, y parece que el mismo Barón abandona su lealtad y confianza en el Estado…” .

Pero el dietario original del 1-12-1794 dice lo siguiente: “habiéndose confirmada ayer por la tarde la funesta noticia de quedar los franceses amos de la respetable fortaleza de San Fernando, de la villa de Figueras, por la depravada conducta de la tropa castellana y de sus oficiales, siendo el jefe general el marqués de las Amarillas, habiéndolos dejado entrar, según se dice, sin disparar ningún cañonazo, por consiguiente con peligros inminentes nuestra provincia de Cataluña de una invasión de franceses hasta la capital, habiendo sido infieles al rey y a la patria estos oficiales castellanos; no sé si han traído tanto mal o más que los franceses en esta cruel guerra (…); de resulta de una fortísima riña entre oficiales castellanos, que debió ocurrir movida con los paisanos en el café luego de acabada la ópera o comedia, cerrando el Teatro a media comedia u ópera (…). La pelea de castellanos con catalanes comenzó, según algunas voces, en la Ciudadela ayer por la tarde, cuando a dos soldados blanquillos un paisano los empujó en el foso; debiendo después suceder el otro alboroto peor en el café, irritados los paisanos contra los militares castellanos”.
Dos días después el barón explica que al parecer el gobernador de la fortaleza de San Fernando fue sobornado por los franceses para entregar la plaza, engañando a la tropa española que la guarecía. Como vemos el barón no habla ni de “muchísimas peleas entre catalanes y castellanos”, sino de una fortísima riña en el Teatro y de otra pelea en el foso de la Ciudadela.

El reproche contra los oficiales castellanos no es por rapacidad ni crueldad contra la población catalana, sino por rendir la fortaleza de Figueras sin luchar, es decir, por lo que creyeron traición al rey y a la patria, que no puede ser otra que la común España. Por otra parte la oficialidad que rindió el fuerte procedía de toda España, incluyendo Cataluña.
Que el barón no efectuaba reproche alguno al reino de España por indolencia, inquina o despreocupación se desprende de otras páginas del diario. Así, en sucesivos días relata el recibimiento por el pueblo de Madrid de los comisionados catalanes “con muchos vivas y aclamaciones”, las levas hechas por el rey con andaluces y portugueses para defender Cataluña, la exención de quintas y levas a los catalanes, y la entrega por el rey de un millón de duros a la ciudad de Barcelona para armarse. El barón recoge el 12-7-1795 que “es grande el número de quintos valencianos, murcianos y andaluces que pasan por esta capital, en derechura al ejército, y enamora en verdad la buena disposición que se nota en dichos quintos, superior a la de otros que han pasado en varias ocasiones, lo que anima más nuestras almas” .

Dejo al lector la conclusión. ¿La ideología nacionalista conduce a manipular la historia a conciencia o la conciencia nacionalista conduce a distorsionar la percepción para que sea coherente con un sentir atribulado y victimista?

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